29 nov 2007

Hazle caso a Paquita (o El ocaso de una Ídola)

Imaginen la escena: en una celda sucia, con mala acústica, Paquita se esfuerza por entonar unas insufribles letras que parodian sus éxitos consagrados:

"Te invito a declarar...
quiero cumplir cooontigo... "

Canta, ante un micrófono de esos que usan los del CISEN para grabar llamadas. La pista no cuadra, la inspiración no llega... por un momento, la Diva evalúa soportar años de cárcel como castigo por no pagarle a Paquito (Gil), con tal de no tener que pasar el trago amargo de prestar su arte a esta infamia.

"Y sin hacer tanta bulla, los invito a que también...
cooperen y contribuyan".

Pena ajena. Es justo que se castigue a quien no paga impuestos, ¿pero esto? ¿El escarnio ejemplar? ¿30 segundos de latigazos en la plaza pública radiofónica? No sé dónde vamos a parar. Tendremos todos que hacer nuestras operaciones en la Bolsa de Nueva York, para evitar problemas con Hacienda.

Pobre Paca. A ver si no les sale al revés, y sus ingeniosísimos comerciales terminan causando el mismo Efecto que los otros mensajes paquitobarriescos.

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